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Cita en Estambul: todo lo que se sabe (y lo que no) sobre las negociaciones de paz tras el órdago de Zelenski a Putin

Cita en Estambul: todo lo que se sabe (y lo que no) sobre las negociaciones de paz tras el órdago de Zelenski a Putin

Putin no figura en la lista de negociadores publicada por Rusia para las conversaciones con Ucrania, que serían las primeras negociaciones directas conocidas entre Kiev y Moscú desde 2022

Rusia tacha de “inadmisible” la amenaza de sanciones europeas y evita comentar la propuesta de Zelenski de reunirse con Putin

Rusia ha mantenido el suspense hasta el final sobre si Vladímir Putin se presentaría o no en Turquía tras el órdago de Volodímir Zelenski, pero, salvo sorpresa de última hora, el líder ruso no se sentará con el presidente de Ucrania este jueves en Estambul.

Se desconoce cómo se desarrollarán los contactos diplomáticos en la ciudad turca, que tiene simbolismo para las partes, ya que fue el lugar que acogió las últimas negociaciones entre ambos países para parar la guerra, hace tres años. Mientras entre bastidores continuaban intensas consultas a varias bandas este miércoles, Donald Trump optaba por la ambigüedad sobre la posibilidad de viajar a Turquía, Zelenski aseguraba que su país “no tiene miedo a las reuniones” y el Kremlin guardaba silencio sobre la composición de su equipo negociador hasta por la noche, cuando ha difundido una lista de integrantes en la que no figura Putin.

Si finalmente los negociadores rusos y ucranianos se sientan frente a frente, serían las primeras conversaciones directas conocidas entre Kiev y Moscú desde 2022, poco después del inicio de la invasión a gran escala de Moscú.

¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

El actual frenesí diplomático comenzó con la visita a Kiev de los líderes de Reino Unido, Francia, Alemania y Polonia el sábado. Tras hablar por teléfono con Trump, en un intento de proyectar unidad con EEUU, los cuatro líderes europeos dieron un ultimátum a Putin: debía adherirse un alto el fuego de 30 días antes del lunes o enfrentarse a nuevas sanciones. 

El líder ruso rechazó el ultimátum y, en su lugar, propuso por sorpresa reiniciar las conversaciones directas con Ucrania “sin condiciones previas” en Estambul este jueves 15 de mayo. Y una vez más, el péndulo de Trump se movió hacia Putin: el mandatario de EEUU entro en escena y exigió a Ucrania aceptar “inmediatamente” la oferta del jefe del Kremlin, pese a que no había accedido al alto el fuego. 

Zelenski respondió retando al presidente ruso reunirse con él en persona en Turquía. “Esperaré a Putin en Turquía el jueves. Personalmente. Espero que esta vez los rusos no busquen excusas”, dijo. Ambos líderes se reunieron en persona por última vez en 2019.

¿Qué va a pasar?

Hasta este miércoles había pocas señales de que Putin estaba dispuesto a viajar a Turquía. Aunque no lo había descartado expresamente, el Kremlin había sugerido que enviaría un equipo negociador de menor nivel y algunas voces dentro de Rusia habían sentado las bases para el rechazo de la invitación, como el vicepresidente del Senado, Konstantin Kosachev, que alegó que los encuentros entre jefes de Estado no se organizan a toda prisa, sobre todo en una situación tan complicada.

Moscú ha decidido mantener durante días el misterio sobre quién va a ir a Estambul para las conversaciones de paz. Si bien había confirmado que una delegación rusa “esperará” allí a la parte ucraniana, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, se había negado a dar nombres. Finalmente, la noche de este viernes, Moscú ha desvelado que su delegación estará encabezada por el asesor del Kremlin, Vladímir Medinski, quien ya representó a Rusia en las negociaciones con Kiev en 2022. La lista, en la que no hay ni rastro de Putin, también incluye al viceministro de Asuntos Exteriores Mijaíl Galuzin, el jefe de la Dirección General del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, Ígor Kostiukov, y el viceministro de Defensa Aleksánder Fomín. El asesor para política internacional del Kremlin, Yuri Ushakov, había asegurado horas antes que el equipo ruso abordaría cuestiones “políticas” y “técnicas” con los negociadores ucranianos y que, partiendo de ello“, se seleccionaría a los integrantes.

Durante los últimos días se había especulado con la posibilidad de una reunión tripartita después de que Trump, que se encuentra de gira en el Golfo, planteara la idea de viajar a Turquía. Este miércoles, el presidente de EEUU ha deslizado que “es posible” que vaya si Putin también lo hacía. “Le gustaría que estuviera allí, y es una posibilidad... No sé si estará allí si yo no estoy”, ha dicho a los periodistas a bordo del Air Force One. Antes, el enviado de Trump para Ucrania, Keith Kellogg, había afirmado, en la misma línea: “Si [Trump] aparece, Zelenski estará allí. Si Putin aparece, también”.

Sin embargo, según ha informado Bloomberg este miércoles citando fuentes turcas, es poco probable que Trump asista a las conversaciones –aunque las mismas personas no lo descartan por completo y dicen que los preparativos para cualquier escenario están en marcha–. Del lado de Washington se espera que estén los dos enviados especiales de la Casa Blanca, Steve Witkoff y Keith Kellogg, y el secretario de Estado, Marco Rubio –algunas informaciones han sembrado aún más confusión al señalar que los representantes estadounidenses viajarían a Estambul no el jueves, sino el viernes–.

En medio de las expectativas sobre las conversaciones del jueves, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, que ha intentado colocarse como mediador en la guerra sin cortar los lazos con Moscú, dijo que presionaría personalmente al líder ruso para que acuda a Turquía. “Voy a intentar hablar con Putin. No me cuesta nada decirle: ‘Oye, camarada Putin, ve a Estambul y negocia”, aseguró este miércoles. Finalmente, según informa la presidencia brasileña en una nota oficial, Lula conversó por teléfono con él. “El presidente brasileño estimuló al presidente ruso a comparecer a la reunión de negociación entre Rusia y Ucrania”, dice la nota. Un día antes, Brasil y China emitieron una declaración conjunta dando la bienvenida a posibles conversaciones entre Kiev y Moscú.

El presidente de Brasil, Lula da Silva (I), se reúne con el presidente ruso, Vladimir Putin (D), en el Kremlin, la semana pasada. El presidente de Brasil, Lula da Silva (I), se reúne con el presidente ruso, Vladimir Putin (D), en el Kremlin, la semana pasada.

Muchos analistas veían difícil que el líder ruso se presentara en Turquía, por no hablar de un potencial cara a cara con Zelenski. “La única forma que veo de que Putin vaya a Estambul: Trump va también, tiene una reunión con Putin. Putin expone sus demandas. Entonces Trump va a Zelenski y si obtiene una respuesta positiva, Putin acepta reunirse con Zelenski”, dice en X Anton Barbashin, director editorial de Riddle Russia. “Si no, Trump promete a Putin abandonar el apoyo a Ucrania y conseguir que se levanten las sanciones rusas. Zelenski tendrá que rechazar las demandas de Putin y así Putin conseguirá lo que quiere. Es la única manera. Pero, ¿quién necesita eso?”.

Para la analista Tatiana Stanovaya, desde la perspectiva de Moscú, toda la reciente actividad diplomática en torno a la propuesta de Putin de mantener conversaciones directas con los ucranianos en Estambul “parece caótica”. “¿Quién va a ir realmente a Estambul? ¿Zelenski? ¿Su equipo? ¿Trump? ¿Kellogg? ¿Rubio? ¿Witkoff? ¿Europeos? ¿Qué se supone exactamente que van a debatir todas estas personas? ¿En qué formato? ¿En qué salas, con qué alineación? ¿Cuáles son sus agendas?”, dijo Stanovaya, fundadora del think tank R.Politik, antes de conocerse la composición de la delegación.

“No me sorprendería que Putin se arrepintiera de haber sugerido ‘conversaciones directas”, agrega Stanovaya, que sostuvo que, sin embargo, el líder ruso no rechazaría directamente la idea, “sino que probablemente intentará llegar a algún tipo de entendimiento con los estadounidenses sobre cómo podrían estructurarse las conversaciones, específicamente, de forma que evite acabar en la misma mesa que Zelenski”.

¿Y la parte ucraniana?

Zelenski adelantó que viajaría a Turquía independientemente de que el presidente ruso vaya o no, pero su asesor, Mijailo Podoliak, había dejado claro que el líder ucraniano no se reuniría con ningún otro representante ruso aparte de Putin, alegando que las conversaciones con negociadores de nivel inferior serían inútiles.

Con quien sí se verá el presidente ucraniano es con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdoğan, en Ankara, aunque había dicho que estaba listo para volar a Estambul en cualquier momento si Putin aparecía. ¿De qué hablarían los máximos líderes de Kiev y Moscú? Según explicó el propio Zelenski en una entrevista con el diario Libération y un puñado de medios europeos, posiblemente sobre un alto el fuego y un intercambio de todos los prisioneros.

Este miércoles por la tarde, a unas horas del comienzo de las posibles conversaciones, Zelenski ha dicho que sus “próximos pasos” dependerán de quién represente a Rusia en Turquía. El que ya se encuentra en el país es el ministro de Exteriores ucraniano, Andrí Sibiga, que se ha reunido con su homólogo Hakan Fidan, en Antalya, donde se ha celebrado una cumbre informal de ministros de Exteriores de la OTAN.

Ucrania, en plena partida diplomática para ganarse el favor de Trump, se ha concentradoo en mandar un mensaje: una negativa de Putin a asistir a las conversaciones es la señal de que no quiere poner fin a la guerra. En su entrevista con varios periodistas, Zelenski había asegurado que no creía que el presidente viajara finalmente a Turquía para verse con él porque “tendrá miedo”.

En un intento de dejar la pelota en el tejado de Moscú, Kiev dice que está dispuesta a “cualquier formato de diálogo”, pero con una condición: un alto el fuego “total e incondicional”, según ha explicado el jefe de la oficina presidencial ucraniana, Andrí Yermak. Ucrania ha pedido una tregua total de 30 días como punto de partida para futuras conversaciones, una propuesta que Moscú ha rechazado en esencia sistemáticamente, argumentando que daría tiempo a Kiev para rearmarse y reagruparse en el campo de batalla, donde ambos ejércitos se está preparando para la llegada de un clima más cálido.

Los líderes europeos han prometido aumentar la presión sobre Putin si las conversaciones en Turquía fracasan, pero la pregunta es si podrán convencer a Trump de sumarse a sus intentos de apretar las tuercas a Rusia. De momento, la UE prepara ya más sanciones si el líder ruso no da pasos hacia la paz y, en concreto, no acepta la propuesta de alto el fuego de 30 días que tiene sobre la mesa. El bloque comunitario ha acordado el 17º paquete desde que Rusia invadió Ucrania en febrero de 2022, con el que pretende cercar la denominada “flota fantasma” con la que Moscú está consiguiendo burlar las restricciones y que sus productos lleguen a los destinatarios. Informa Irene Castro.

¿Qué se puede esperar de las conversaciones?

Lo cierto es que, antes de sentarse en la mesa, las posiciones de Kiev y Moscú siguen estando muy alejadas y Putin no ha dado ninguna señal de renunciar a sus exigencias de máximos. Moscú quiere que el punto de partida para estas negociaciones sean los documentos que se discutieron también en Estambul en 2022, en las últimas conversaciones directas entre Rusia y Ucrania. De hecho, Putin presentó esta nueva cita como una continuación de aquel encuentro, de cuyo fracaso culpa a Occidente.

En aquellas conversaciones se abordó el estatus neutral de Ucrania, su no adhesión a la OTAN y la posibilidad de limitar el tamaño del ejército de Kiev. Aun así, no hubo acuerdo en los detalles. Entre otras cosas, Moscú pidió poder de veto sobre la ayuda militar a Ucrania en un futuro ataque ruso, según las versiones publicadas. Pero ahora el presidente ruso quiere hacer valer la actual situación en el frente, tras declarar la anexión de cuatro regiones ucranianas que no controla por completo. Las exigencias de Moscú en las negociaciones de Estambul se formularon durante el primer y segundo mes de la guerra, cuando las tropas rusas avanzaban sobre la ciudad de Kiev y por el noreste, este y sur de Ucrania, antes de que las fuerzas de Kiev recuperaran el 50% del territorio que los militares de Putin habían ocupado desde 2022.

Stanovaya, cuyo think tank no espera avances en Estambul, sugiere que lo que movió a Putin proponer conversaciones directas con Kiev es la posibilidad de que Trump se retire del proceso de paz porque “complicaría significativamente el avance de la agenda de ‘normalización’ en las relaciones bilaterales”. Sin embargo, cree que no es un indicador de que el líder ruso “teme nuevas sanciones y haya cambiado su posición bajo presión”, de que esté reconsiderando sus objetivos bélicos o esté abierto a concesiones, de que tenga intención de reducir los ataques militares ni de que busque realmente un acuerdo con Zelenski.

“Putin ve una oportunidad de atraer a Ucrania a un proceso ‘Estambul-2’, muy parecido a las conversaciones de marzo-abril de 2022, para perseguir los mismos objetivos, ahora incluyendo los territorios anexionados. Su objetivo es paralizar las entregas de armas occidentales, aprovechar cualquier debilitamiento de la posición de Zelenski y exacerbar la inestabilidad interna de Ucrania”, señala. “La realidad es que ni Moscú ni Kiev están dispuestos a aceptar una paz duradera, ya que sus posiciones son fundamentalmente irreconciliables”, agrega la experta, que cree que “un alto el fuego sostenible no es objetivamente alcanzable en la actualidad” y que la iniciativa estadounidense “de negociar un acuerdo está condenada al fracaso, al menos en este momento”. “Ningún acuerdo es ahora posible desde un punto de vista realista”, zanja en X.

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