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Así usa Trump el rescate del FMI a la Argentina de Milei para sus intereses estratégicos y militares

Así usa Trump el rescate del FMI a la Argentina de Milei para sus intereses estratégicos y militares

Después del mega rescate a Argentina, el jefe del Comando Sur del Ejército estadounidense desembarcó con la mirada puesta en el proyecto de base naval integrada que le serviría de puerta a la Antártida. La rivalidad de Trump con China también se juega en el sur

Trump exhibe su respaldo a Milei ante la inflación galopante en Argentina y el rescate urgente del FMI

El mega rescate del Fondo Monetario Internacional (FMI) a Argentina llegó de la mano de las visitas del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, primero, y luego del jefe del Comando Sur, el almirante Alvin Holsey, quien se reunió con el presidente Javier Milei, y este miércoles visita Ushuaia, capital de la provincia de Tierra del Fuego, en el sur del país.

Es en esta región donde EEUU mantiene un fuerte interés estratégico en instalar una base naval integrada que le sirva como puerta de entrada a la Antártida.

Milei recibió este martes a Holsey y a la comitiva de la Administración de Donald Trump en su despacho de la Casa Rosada para tratar temas de “seguridad regional”, sin ofrecer mayores precisiones. El presidente ultraderechista no ha viajado este miércoles a Ushuaia, donde el jefe militar inspecciona in situ la base naval situada a orillas del canal de Beagle, una vía de acceso privilegiada al Atlántico Sur.

La visita del jefe militar estadounidense a Argentina se produce diez días después del viaje del titular del Tesoro y del anuncio del rescate del FMI por 20.000 millones de dólares (unos 18.700 millones de euros). En declaraciones a la prensa, Bessent precisó que, además del nuevo préstamo del FMI que él mismo ayudó a que se aprobara, también está dispuesto a prestarle dinero a Argentina el Fondo de Estabilización Cambiaria del Tesoro de EEUU, “si Argentina lo necesita”, o “en caso de un shock externo”.

A ello se suman las declaraciones de la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, que provocaron el rechazo de la oposición por su claro respaldo al Gobierno de Milei: “Internamente, Argentina irá a elecciones en octubre próximo y es importante que no se descarrile la voluntad de cambio. Urgimos a Argentina a mantener el rumbo”. Y añadió: “Hasta ahora no vemos que ese riesgo se materialice, pero insto a Argentina a mantener el rumbo”. Horas más tarde, Georgieva tuvo que matizar sus palabras y aseguró que no se refería a lo que debían decidir los argentinos en las elecciones legislativas.

Daniel Kersfeld, consultor e investigador del Conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), señala a elDiario.es que la presencia de funcionarios de EEUU responde a una suerte de vigilancia cercana. “Creo que no hay plena confianza de Estados Unidos en Milei, pese a que este se muestra totalmente servil hacia Washington. Los funcionarios quieren ver in situ para qué se están utilizando los recursos del préstamo y hacia qué rumbo se orienta Argentina; se trata más bien de un control político”.

La disputa con China

El experto añade un factor geopolítico, la rivalidad con China: “No hay que perder de vista el gran escenario que representa el actual enfrentamiento entre EEUU y China, que por ahora tiene una dimensión principalmente comercial, pero desde EEUU observan con creciente preocupación la presencia militar china en América del Sur”. Kersfeld pone como ejemplo el megaproyecto del puerto de Chancay, en Lima, que “terminó de insertar a Perú en la iniciativa de la Franja y la Ruta impulsada por Pekín. Ahí puede haber un potencial foco de conflicto para Washington, que por eso lo vigila de cerca. Las advertencias de la Administración Trump para que Argentina no renovara el swap [canje de divisas] con China van en esa misma dirección”.

Desde el Comando Sur de EEUU, que depende del Departamento de Defensa, siempre se ha seguido con atención el proyecto de construcción en Ushuaia de un polo logístico para el acceso a la Antártida –un proyecto que China ofreció financiar hace varios años con distintas líneas de crédito–. En 2022, durante el Gobierno peronista de Alberto Fernández, se decidió que dicha base logística se construiría con fondos nacionales.

Gabriel Merino, profesor de la Universidad Nacional de La Plata e investigador del Conicet, explica a este periódico el trasfondo de esa decisión en clave geopolítica: “El intento de desarrollar un centro logístico con capitales chinos en la Antártida fue impugnado por EEUU. Incluso durante el Gobierno anterior se evidenciaron esas presiones y fue el propio Ejecutivo el que terminó abandonando la iniciativa en medio de las negociaciones con el FMI”.

El acceso a la Antártida

Merino también detalla los aspectos estratégicos de la base de Ushuaia: “La base naval en Ushuaia es obviamente fundamental para proyectarse sobre la Antártida, que se configura como el gran continente del futuro. Argentina, como ya dijo Kissinger en su momento, es una ‘daga proyectada hacia la Antártida’. La idea de Estados Unidos de controlar ese paso interoceánico es clave para reforzar su poder como imperio talasocrático, en coordinación con Reino Unido. También es fundamental su estrategia de asegurar el patio trasero latinoamericano, desde Alaska hasta Tierra del Fuego, como forma de dominar el hemisferio occidental frente a la influencia de China”.

De los cuatro países más importantes de América Latina —México, Brasil, Argentina y Colombia—, el único Gobierno alineado plenamente con el presidente Trump es el de Milei. Los demás están encabezados por líderes progresistas críticos de las políticas del republicano. No parece casual que el FMI anunciara recientemente la suspensión temporal de una línea de crédito para la Colombia de Gustavo Petro.

El presidente ultraderechista argentino va a contracorriente de otras iniciativas de integración: rechazó el ingreso a los BRICS y ha coqueteado con un tratado de libre comercio con EEUU que podría poner en jaque la continuidad de Argentina en el Mercosur.

Kersfeld sostiene que esto responde al predominio que Washington busca en América Latina. “Es clave observar lo que está ocurriendo con esta base que se está construyendo en Tierra del Fuego y, al mismo tiempo, prestar atención a lo que sucede en Panamá. En su reciente visita allí, el secretario de Defensa de EEUU, Pete Hegseth, firmó un acuerdo con la Administración de José Raúl Mulino para que Estados Unidos despliegue tropas en áreas adyacentes al canal. Y esto no es casual: tanto el canal de Panamá como Tierra del Fuego son los dos pasos bioceánicos con los que contaría Estados Unidos”.

Así, este viaje del jefe del Comando Sur para conocer de cerca la actividad en uno de los puntos más australes del planeta cuenta con el apoyo necesario de un gobierno aliado.

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