La representante especial de Naciones Unidas en Irak, Jeanine Hennis-Plasschaert, dio la bienvenida al nuevo Gobierno iraquí, al que el Parlamento respaldó esta madrugada, pero urgió a que se complete su formación con el nombramiento de todos los ministros para que pueda hacer frente a los "crecientes retos".

El primer ministro designado, Mustafa al Kazemi, logró el respaldo de la Cámara para su gabinete con 15 de los ministros, incluidos los de Interior y Defensa, pero cuatro fueron rechazados y la aprobación de los responsables de Petróleo y Exteriores fue pospuesta.

Por ello, Hennis-Plasschaert pidió que se complete el Ejecutivo para que "la nueva Administración pueda actuar rápidamente para hacer frente a los crecientes retos de seguridad, sociales, políticos, económicos y sanitarios", según un comunicado.

"El Gobierno hace frente a una dura batalla y no hay tiempo que perder. Hacer frente a la crisis económica, complicada ulteriormente por la pandemia de la COVID-19 y la caída de los precios del petróleo, es la máxima prioridad", agregó la representante.

Sin embargo, recordó que existen otros retos que vienen de lejos y que, en su opinión, deben abordarse "sin retraso", como los servicios públicos ineficientes, la corrupción y la gobernanza.

Precisamente, esos factores y la falta de oportunidades estuvieron en el origen de la revuelta popular que estalló en octubre de 2019 y que llevó a la dimisión en noviembre del anterior primer ministro, Adel Abdelmahdi.

Desde entonces, su Gobierno había estado en funciones debido a la imposibilidad de formar un nuevo Ejecutivo por la falta de consenso en el seno del atomizado y sectario Parlamento.

Dos primeros ministros designados, Mohamed Taufiq Alaui y a Adnan al Zurfi, renunciaron al encargo en marzo y abril pasado debido a que no contaban con los apoyos suficientes, pero Al Kazemi contó con el respaldo de los partidos suníes y de la Presidencia de la región autónoma del Kurdistán, además de los bloques chiíes que le eligieron.