Este miércoles, la editorial que publica la mayoría de sus obras en España, Alfaguara (propiedad de Penguin Random House), ha informado de que "tras conversaciones con la Roald Dahl Society Company, Alfaguara Infantil y Juvenil mantendrá sus ediciones con los textos clásicos del autor sin modificar sus publicaciones en castellano", informa Carmen López.

En Francia, donde es la editorial Gallimard la poseedora de los derechos del autor de Matilda, Charlie y la fábrica de chocolate o Las brujas, tampoco se van a implementar los cambios en las traducciones, según ha informado el periódico Le Figaro.

La noticia de decenas de alteraciones en cada obra ha levantado un debate en el mundo cultural sobre la pertinencia de estos cambios, que para la editorial británica que los ha efectuado, Puffin, se justifican en que "todos podamos seguir disfrutando hoy" de las obras, es decir, una adecuación a la sensibilidad de los lectores y lectoras actuales. El debate oscila entre posiciones que interpretan estos cambios como "censura" —así lo ha expresado, por ejemplo, Salman Rushdie— y los que consideran que los cambios no son esenciales y ayudan a transmitir unos valores más inclusivos.