Yehuda Shaul habla tranquilo, con tono grave y en su perfecto inglés, desde una cafetería en Madrid. "El sentimiento de una persona promedio en Tel Aviv es que la ocupación no es un problema. No pagan un precio diplomático, político, mediático, apenas de seguridad…", señala este activista israelí. "Están dormidos", denuncia.
Quizá porque muy pocos saben a qué se dedican sus soldados cuando nadie les ve. Contra esa duermevela creó Shaul la ONG Breaking the Silence, dedicada a recopilar los abusos del Ejército en boca de sus propios soldados: asaltos a viviendas y arrestos aleatorios en barrios palestinos, castigos e intimidaciones a ancianos y niños…
Shaul creó la ONG poco después de terminar el servicio militar obligatorio de tres años en las Fuerzas de Defensa Israelíes en la ciudad ocupada de Hebrón en 2004, coincidiendo con el pico de violencia de la Segunda Intifada.